Durante algo más de cinco años Venezuela ha vivido bajo un estricto esquema de regulación sobre las transacciones con divisas. Además de esta limitación, está la inflación y el sistema o control cambiario.
Pero, hay un elemento adicional, muy importante, que hace aún menos justificable un control cambiario: El gobierno venezolano controla alrededor del 80% de las divisas que entran al país, gracias, muy destacadamente, al negocio petrolero, cuyas exportaciones están totalmente bajo el dominio gubernamental.
En relación con el sector productivo y comercial, este absoluto control centralizado también se convierte en una clara restricción a la libre circulación de mercancías y servicios, dentro de un peculiar ambiente de barreras distintas a las arancelarias y de seguridad sanitaria que no ha sido suficientemente analizado en el marco de los distintos acuerdos económicos, multilaterales o binacionales, que ha firmado Venezuela.
Por otra parte, la inflación en Venezuela está determinada por factores como: la estructura de los mercados en la oferta y demanda de los bienes y servicios; la política de gasto y déficit fiscal; la política cambiaria y las devaluaciones del bolívar; la política monetaria, que corresponde al nivel de liquidez monetaria, tasas de interés, la estructura de costos y los márgenes de ganancias; y las expectativas macroeconómica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario